sábado, 10 de noviembre de 2012

Sólo por una vez



Título: Sólo por una vez
Pareja: Junsu/Dajeong
Rating: PG
Género: Romance
Resumen: Un encuentro, que JunSu cree fue planeado por el destino.

Nota: Dedicado a una de mis grandes amigas, que quiero mucho desde el fondo de mi corazao... mi estimada Ally ♥ con quien llevo una larga amistad, con vacaciones incluidas (?) xD ella escribió lo que vendría a ser la precuela de este fic (Más bien, yo me basé en ese fic para escribir este) es bien bonito y deja un lindo mensaje... sería bueno que lo leyeran para entender un pequeño párrafo en la última parte que hace alusión a una escena de allí (En la historia de Junsu). Pueden encontrarlo en su blog, dividida en dos: Parte uno (Historias de Jaejoong-Yoochun-Changmin) - Parte dos (Historias de Yunho-Junsu).

*~.~.~.~.~.~*

Hoy, como nunca, me hallaba sentado en un café no muy frecuentado, esperando pasar desapercibido por una vez en mi vida y, de ser posible, convertirme en un mero espectador en lugar del centro de atención. Sólo por una vez.

Aunque sabía que estaba siendo inmaduro e ingrato. Después de todo, era yo quien había escogido esta vida, llena de ajetreos, fama y demás. Mi vida es cantar, y estoy realmente agradecido de haber cumplido mi sueño, y seguir aun creciendo como cantante.

Pero...

Siempre hay un “pero” ¿Verdad? Hay un precio que pagar por todo. Ser tan famoso hace que tu vida privada sea un chiste, que la gente te admire sólo por serlo, que seas engañado por personas que quieren hacerte creer que son tus amigos sólo para sacar un beneficio de ti. Sin embargo, estoy agradecido de tener verdaderos amigos como lo son mis compañeros de la academia, los demás miembros de Dong Bang Shin Ki y por supuesto, mi hermano JunHo. Aun así... ¿Por qué me siento tan incompleto?

En estos momentos lo tengo todo... Entonces ¿Por qué?

Quizás la culpa la tenga aquel sueño que tuve hace unos días.

En mi sueño todo brillaba, un brillo intenso y cálido, que me daba una sensación de lejos más agradable que la de los reflectores en los conciertos y presentaciones. Pero no era yo el que se hallaba en el escenario, no era yo a quien esas luces iluminaban. Por una vez, era atrapado por la voz de la persona que estaba en el escenario. Me sentí pleno, feliz, con deseos de animar aquella persona y a la vez de quedarme callado para disfrutar de su canto. No recuerdo con claridad que era lo que cantaba o si su tono estaba afinado o no. Simplemente me dedique a disfrutar de su canción despreocupada y cálida, como el viento de primavera. Ah... ¿Cuándo ha sido la última vez que me senté a orillas del río Han a apreciar una tibia tarde primaveral?

Sonreí para mí mismo antes de tomar un sorbo de la taza de chocolate que hace poco había ordenado. Me siento como un viejo, rememorando “los viejos tiempos” y evaluando en lo que se ha convertido mi vida...
Recuerdo que una vez fui feliz. Cuando la tuve a ella, mi primera novia. Sin embargo, es debido a esta vida que tuve que dejarla, o más bien ella me dejo para que yo pudiera seguir con tranquilidad este tipo de vida. Apuesto a que si me hubiera dado a elegir entre ella y Dong Bang Shin Ki en ese entonces, no habría podido responderle...

Incluso ahora, no puedo hacerlo.

Me distrajo el sonido de la campanilla en la puerta del local, que anunciaba la entrada de un nuevo cliente. Me llevé a la boca la última cucharada del segundo trozo Cheesecake de fresa que pedí y continué leyendo la revista que tenía frente a mí sobre la mesa, concentrándome en el artículo que dejé a medias sobre los más exitosos videojuegos del mercado.

–– Buenos días, señorita. ¿Desea una mesa?

–– Ahm... Buenos días, señora...

La voz femenina que escuché me obligó a dejar lo que leía nuevamente. Levanté la vista, prestando atención a lo que decían mientras ocultaba parte de mi rostro con la dichosa revista. He de admitir que me sentía todo un espía.

–– ¿Dígame qué desea ordenar?

–– Hum... Espere por favor...

No lograba ver el rostro de la chica que ahora estaba sentada a un par de mesas de la mía, debido a que su largo cabello negro cubría gran parte de su rostro. Sin embargo, por el tono su voz podía determinar que estaba algo nerviosa... y si tomamos su acento... ¿Sería extranjera quizás? A lo mejor tenía un poco de problemas con el idioma.

–– ¿Podría recomendarme algo del menú?

–– Pues tenemos variados postres, en realidad todos son muy deliciosas, incluso tenemos algunos extranjeros, mire...

La mesera le señaló los nombres de los varios postres de la carta, mientras la otra chica parecía aun estar un poco perdida. Se acomodó el cabello tras la oreja y finalmente pude ver su rostro por completo. Lo primero que pensé era que su rostro era... tierno. No tenía rasgos asiáticos y su piel estaba algo bronceada, una extranjera. Suspiré y decidí acercarme ayudarla, pues había un 90% de probabilidades de que no me conociera, evitándome el inconveniente de toparme con alguien que supiera quien soy.

Eh... debo dejar de andar tanto tiempo con ChangMin.

Me acerqué a las dos mujeres que conversaban y le dije a la mesera que le trajera a la chica lo mismo que a mí, evitándoles a ambas más problemas de comunicación. Esta asintió y yo aproveché para sentarme frente a la extranjera.

–– Hola, mi nombre es Kim... JaeSu ––Extendí mi mano, algo inseguro. Mentí sobre mi nombre, sí, pero creo que esto es lo más seguro. Aunque he de admitir que me falta creatividad, por alguna razón el nombre de Jae-hyung no dejaba de rondar por mi mente... bueno, eso no importa. Sólo espero que no me tome por algún tipo sospechoso; aunque tomando en cuenta que llevo una gorra, lentes de sol, un saco largo y una bufanda que cubre la mitad de mi cara, es difícil no considerarme así.

Me sorprendió, pues a pesar de todo, sonrió y estrechó su mano con la mía.

–– Han Dajeong, mucho gusto. Y gracias por ayudarme. ––Se sonrojó un poco y acomodó su cabello a un lado–– La verdad es que acabo de viajar aquí y aun me cuesta un poco seguir el idioma. Por cierto... ¿Qué pediste?

–– Hot Chocolate and Strawberry Cheesecake. ––Le respondí en inglés, esperando que entendiera mi pronunciación– ¿Está bien? Puedo pedirle que traiga otra cosa...

–– No, no, está bien. Y gracias por la traducción. ––Sonrió–– Hum... por lo de la orden... no traigo mucho dinero encima, así que...

–– No te preocupes por eso, yo invito.

–– ¿En serio? Pero... ¿Está bien?

Quizás se refería al hecho de que acabamos de conocernos.

–– Claro, velo como una forma de agradecimiento de mi parte por tu agradable compañía.

–– Eh... De acuerdo...

“Oh Dios, ¿Acabo de coquetear con ella? Se me están pegando la estúpidas manías de YooChun”

Entonces noté que sus ojos brillaban y... Oh Dios mío... ¿Acaso la he hecho llorar?

–– ¿E-Estás bien? No dije nada malo ¿Verdad? ––Estaba al borde del pánico. 

–– Eh... ––Ella reaccionó, limpiándose los ojos con el dorso de la mano–– No, no es nada, es sólo que... bueno... cómo decirlo...

Sonreí aliviado, esperando a que ella encontrara las palabras correctas para expresarse.

–– “Tú compañía me es agradable” ––Imitó en parte mi frase de hace un rato–– Lo que pasa es que... ––Dio un suspiro y prosiguió–– Me gané un viaje con todo pagado aquí con una amiga pero en cierto punto nos separamos... y explorando me perdí ––sonrió algo nerviosa.

–– Entiendo...

La mesera no tardó mucho en llegar con la orden. El resto de la mañana nos la pasamos conversando de cosas, a simple vista triviales, pero que me hicieron descubrir que no era un ser único en el universo. Le gustaban casi las mismas películas que a mí, teníamos puntos de vista muy similares con respecto a música, lo que nos gusta en una persona y muchas otras cosas más.

–– Tu hangul me parece bastante bueno ahora que hablo contigo ––Le comenté al notar que llevábamos ya dos horas conversando y hasta ahora no habíamos tenido más dificultades en comunicarnos.

–– Bueno... en realidad, no es que sea mala en el idioma... cuando me pongo nerviosa, puedo olvidarme hasta mi propio nombre ––sonrió sin quitar la mirada de la taza que traía entre manos.

–– Y... ¿Por qué estabas nerviosa?

–– Eh… eso es porque... ––hizo una pausa y noté que evitaba mirarme a los ojos, mientras apretaba con un poco más de fuerza el objeto que sujetaba–– Yo... acabo de llegar y es la primera vez que hablo con alguien coreano y por eso me pongo nerviosa.

Habló todo en un solo respiro y yo sólo atiné a reírme. Que adorable.

–– Lo siento, no quería presionarte, ni nada por el estilo.

–– No, que va. Todo está bien.

Durante los siguientes minutos, no hubo palabra alguna. Lo único que llegaba a nuestros oídos eran los murmullos a nuestro alrededor, la mesera pidiendo una orden, el sonido de cubiertos chocando contra los platos, tazas siendo apoyadas sobre la mesa, las bocinas de un par de autos en la calle, las pisadas de los transeúntes... Sin embargo, eso era lo de menos durante los 50 segundos en los que no pudimos apartar la mirada el uno del otro. Sí, por más extraño que suene, conté hasta los segundos. Tampoco sabría explicar porqué lo hice.

El contacto se cortó cuando ella bajó la mirada hacia su reloj de pulsera.

–– Debería regresar. ––Por el tono de su voz, podría decir que no quería hacerlo–– Mi amiga comenzará a preocuparse si no estoy en el hotel antes de la hora de almuerzo.

–– Ya veo... ––Aunque no lo pretendía, soné algo decepcionado–– ¿Podría acompañarte?

No lo pensé dos veces antes de preguntar, así como ella tampoco pareció hacerlo antes de aceptar.
Incluso durante la caminata, no podíamos dejar de hablar. Sentía como si hubiera estado esperando este momento desde hace mucho, y ahora estuviera recuperando el tiempo perdido. Pero también... también estaba la certeza de que quizás, la razón por la que aprovechaba estos momentos al máximo era porque sabía que no duraría mucho. Después de todo, ella tenía que irse eventualmente... ¿No?

–– ¿JaeSu? ¿Estás bien?

–– ¿Eh? ¿Por?

–– Te quedaste callado de repente...

–– Ah... no es nada. Disculpa...

–– No hay problema.

–– Bueno, según me lo describiste... este sería tu hotel, ¿Verdad?

Se mantuvo pensativa por unos instantes mientras examinaba el lugar. Entonces sonrió complacida.

–– ¡Sí, es aquí! ––Se giró hacia mi e hizo algo bastante inesperado.

Me abrazó.

–– Muchas gracias por traerme, habría estado perdida sin ti.

Alcé mis brazos y algo dubitativo, le devolví el gesto de afecto. Hacía tanto que no abrazaba a una mujer de esta manera... ni de ninguna otra. Me sentía extrañamente relajado, quizás por el abrazo despreocupado... es decir, ella no esperaba nada mí, ni yo de su parte. Este era un gesto salido de la nada, que me recordaba a los abrazos que solía recibir por parte de mi madre, cálidos y con tanto que ofrecer. Me sentía seguro y tranquilo, como cuando observaba el atardecer en el río Han.

Nos separamos, nos despedimos y...

No, no podía.

No podía dejar que se fuera así como así. ¿Por qué? No lo sé. De la nada me embargó una sensación de pánico muy parecida a la que uno tiene cuando olvida algo sumamente importante, de lo que más adelante se arrepentirá. Esto me impulsó a llamarla, pero antes de que pudiera articular palabra alguna, ella se detuvo.
Ambos nos quedamos de pie, ella a unos metros de mí dándome la espalda y yo en plena calle, de pronto sin saber que decir.

Entonces se volteó y corrió hacia donde yo estaba.

–– Disculpa, JaeSu... Pero... ––Tomó algo de aire y sonrió–– ¿Está bien si me quedo contigo un rato más?

No pude evitar sonreír.

–– Claro, no hay problema.

–– Espérame aquí, iré por unas cosas a mi habitación. Y de paso a quitarle la preocupación a mi amiga.

Asentí e hice como me pidió.

Regresó al poco rato con una chaqueta y una cartera un poco más grande. Me explicó que traía algunas “cosas para turistear” por si hacían falta y algunos bocadillos.

––Y bien... ¿A dónde te gustaría ir?

–– No lo sé... Sorpréndeme.

El resto de la tarde fue como ir al país de Nunca Jamás. Aunque pasábamos por lugares que me eran tan familiares como el patio de mi casa, al pasar por ahí con ella era como si estuviera recorriendo Seúl por primera vez en mi vida, con sólo un mapa y buen instinto. Nos detuvimos a comer a un restaurante, aprovechando para descansar de nuestro recorrido y conversar un rato más. De un momento a otro, me sentí como si hablara con una vieja amiga de la infancia a la que no veía hace años y ahora recuperábamos el tiempo perdido.

El sonido de mi celular nos distrajo. Revisé la pantalla y noté que era JaeJoong.

–– Disculpa. –Me levanté de mi asiento e hice una ligera reverencia. Necesitaba ir a un lugar más privado para contestar.

–– Sí, claro.

No me alejé mucho a una zona en la que no había nadie, pero desde la cual aun podía verla con claridad, sentada en la mesa más cercana a la puerta del lugar mientras observaba por la ventana y bebía un poco de su vaso de Soju.

–– ¿Yeoboseyo?

–– JunSu... –La voz agitada de JaeJoong comenzaba a asustarme– ¿Dónde demonios estás? ¡Se suponía que ibas a regresar hace más de una hora! Pero sobre todo ¿¡Cómo mierda se te ocurre salir y dejarnos sólo una nota!? El manager está como loco. No hizo mucho alboroto al comienzo porque tus actividades no comienzan hasta la noche, pero maldita sea, nos hemos preocupado. ¡Y Yoochun! Dios mío, ya sabes como se pone contigo. Ha entrado en modo depresivo, diciendo tonterías de que es su culpa que te estés poniendo así, que es un mal amigo y toda esa sarta de idioteces.

“Oh vaya, era eso...” Me sentí en parte aliviado, pues no se trataba de un problema mayor. Por otro lado, me preocupé por mi bienestar al llegar a casa. Con lo alterado que estaba JaeJoong bien podría darme una patada de bienvenida.

–– Aiish... Perdóname, JaeJoong. Pero de verdad no quería que nadie se preocupara. Sólo quería algo de tiempo a solas...

–– Tú... ––Por el tono amenazante de su voz podría decir que estaba listo para cometer homicidio. Esperé unos segundos, sin saber qué decir, hasta que oí un suspiro del otro lado de la línea–– ...La próxima vez, usa ese agujero que tienes en la cara llamado “boca” ¿de acuerdo?

Asentí sonriente.

–– ¿JunSu?

Oh, olvidé que no podía verme.

–– Sí, gracias JaeJoong. Te prometo que estaré a tiempo para trabajar.

–– Bien. Ahora ¿Te importaría decirme que te ha distraído tanto tiempo? ¿Acaso es una chica? –Añadió con un tono juguetón.

Y vaya que estaba en lo correcto.

–– Te lo diré cuando esté en casa.

Casi podía verlo haciendo un puchero.

–– ¿Y por qué no ahora? Tengo mucho saldo.

–– Porque ahora estoy con ella.

–– Oh. ––Rió un poco–– Bien, entonces no te quito más tiempo. Aprovecharé para decirle a YooChun que no es el fin del mundo y que estarás bien. Cuídate.

–– Dile que lo siento mucho y... bueno, cuídate tu también. Adiós.

–– Adiós.

Presioné el botón de colgar y busqué con la mirada a Dajeong. Mi corazón dio un vuelco cuando vi el lugar donde estábamos sentados... vacío.

Me acerqué a nuestra mesa para asegurarme de que no alucinaba, comprobando que no era así. Miré a los alrededores, mas no pude ubicarla.

¿Se habrá aburrido de esperarme? No lo creo, no he tardado más de cinco minutos. ¿Podría ser que se fuera a la barra de postres a ver qué comer? Lo dudo, no la veo cerca. O quizás... quizás mientras estaba distraído algún chico la sedujo y se la llevó. O peor aún... el chico que se la llevó, la condujo a un callejón oscuro donde estaba esperando algún grupo de maleantes y...

–– ¿JaeSu?

–– ¡Ah! ¡Dajeong!

No pude evitar el impulso de abrazarla. Ella me rodeó con sus brazos también.

–– ¿Estás bien? ¿Pasó algo?

–– ¿Dónde estabas?

Me observó sorprendida y luego rió un poco.

–– Sólo fui al baño. Lamento haberte preocupado.

¿Preocupado? Bueno... es que quizás exageré un poco las cosas.

–– No, no, nada de eso... ––Me reí algo nervioso, tratando de ocultar lo avergonzado que estaba. Sí que eres tonto JunSu, mostrarle este lado de ti a una chica que te...

Te...

–– Disculpen, ¿Ya se retiran? ––Nos interrumpió una mesera–– ¿Desea que le traiga la cuenta?
Observé mi reloj. Es cierto, ya casi es hora...

–– Sí, por favor.

–– ¿Nos vamos ya? ––Dajeong me observó algo decepcionada. Sin embargo, su expresión cambió rápidamente a una más alegre–– ¿Esta vez a dónde iremos?

–– Bueno... la verdad es que... ––¿Cómo decirle que tenía que dejarla para ir a trabajar? Prefería mil veces irme con ella. Pero... quedarme era faltar a mi deber, a mi palabra con la empresa, a las fans... Maldito contrato esclavizador.

–– ¿Qué sucede? ¿Te sientes mal? Si quieres puedes ir a descansar, no te preocupes por mí.
El tono de genuina preocupación en su voz me hizo querer decirle toda la verdad. Pero no lo haría... al menos no ahora.

Además, aun tengo un poco de tiempo. Llegaría corriendo a la SM, pero lo lograría.

–– Debo ir a trabajar... pero antes iremos a otro lugar.

–– Ya veo... ¿A dónde iremos?

–– Cuando lleguemos lo verás ––Sonreí. Era también la hora perfecta para ir allí.

Pagué la cuenta del restaurante –Pese a las objeciones de Dajeong sobre dividirla– Y nos marchamos del lugar. Tomamos un taxi, y conforme llegábamos, le pedí que cerrara los ojos.

–– ¿Por qué? ––Sonrió–– ¿Vamos a tu base secreta o algo así?

–– No, no eso, es que...

–– ¡No me digas! ¡Me vas a raptar y-y luego...!

–– ¡NO! Dios santo, ¡Claro que no,  nada de eso!

–– Calma, calma. ––Me decía entre risas.

–– Muy graciosa me resultó usted, señorita.

–– Lo siento ––Comenzó a tomar su propio consejo y a calmar sus risas.

–– Sé que quizás suene algo extraño, y que quizás no debería pensar en preguntarte esto hoy que recién nos conocemos, pero... Dajeong, ¿Confías en mí?

–– Sí. ––Me sorprendió al contestarme tan rápido y sin duda alguna.

–– Bueno, pues entonces cierra los ojos por favor.

Dio un suspiro e hizo lo que le pedí.

–– De acuerdo.

–– No hagas trampa o nos vamos directo a tu hotel.

–– Entiendo, entiendo.

En cuanto llegamos al lugar la ayudé a bajar del auto, guiando sus pasos con cuidado y llevándola de la mano hasta donde quería llegar. Durante el camino me preguntaba si faltaba poco, que le diera una pista de la sorpresa. Obviamente, sólo le respondí “espera y verás”.

Para muchas personas, esto sería el tipo de cosas que uno compartiría con su pareja... bueno, de seguro parecíamos una. Y tenía una sensación en mi corazón que me decía que así es como debería ser.

Aun recuerdo como las nunas estilistas a veces conversaban sobre el amor a primera vista. Algunas decían que era imposible, que no podías enamorarte de una persona con sólo verla o topártela un día por ahí, que hacía falta conocerla para no terminar con cualquier persona extraña. Otras, decían que había una teoría que probaba que bastaba con el olor para encontrar tu pareja ideal. Por último, había un par que aseguraba que para todos nosotros hay una persona predestinada, y que algún día, al encontrarnos con esta, de sólo verla sabríamos que es la persona que estará con nosotros por el resto de nuestras vidas.

A mí me gustaría creer en la última opción. Es lo único que puede explicar todo lo que siento estos momentos.

Finalmente llegamos. Hice que apoyara ambas manos en la baranda frente a nosotros, mientras colocaba un brazo alrededor de sus hombros. Comenzaba a enfriar.

–– Abre los ojos.

Delante de nosotros estaba el gran río Han, dándonos una demostración de variados colores mientras el sol se ocultaba en el atardecer. Una vista que hasta ahora no había compartido con nadie más que mis amigos.

–– Esto... es...

No hay palabras para explicarlo ¿verdad? Como lo que siento.

–– Realmente, no puedo explicártelo. Decir que es “hermoso” suena muy poco...

–– Lo sé.

–– Gracias... ––Se volvió a mirarme–– Gracias por traerme aquí, JunSu...

Sonreí y le acaricié la mejilla con mi mano izquierda. Comencé a inclinarme hacia ella...

Y entonces me di cuenta.

–– No te dije en ningún momento que ese era mi nombre.

Me alejé un poco, algo sorprendido. Entonces, ¿Ella sí sabía de mí? Habría la posibilidad de que tan sólo fuera una coincidencia. Quizás habría visto algún póster o algo mientras paseábamos... o alguien me habría reconocido en el restaurante y se lo habría dicho.

–– Lo sé. ––Me sonrió algo triste–– Lo siento, JunSu, de verdad no quería mentirte. Supe desde que te acercaste en el café que eras tú. Xiah JunSu.

¿Debería estar molesto? ¿Decepcionado? ¿Debería sentirme engañado? Creo que no tengo el derecho. Después de todo, yo le mentí también. Y así como yo tuve mis razones, ella ha de tener las suyas.
Tomé algo de aire, y pregunté.

–– ¿Por qué no me dijiste nada?

–– Sabía que si te decía que te conocía, quizás te hubieras sentido... no sé, cohibido conmigo, por ser una fan. Y quizás nunca habrías salido conmigo. Además... yo realmente quería conocer mejor a Kim JunSu, no Xiah.

Asentí ligeramente. Entiendo perfectamente a lo que se refiere, y en cierto punto, le estaba agradecido por interesarse en y no en mi yo artístico. Recordando, me di cuenta que nunca me habló nada de Dong Bang Shin Ki.

–– ...Y bueno hay algo más. Como verás, soy extranjera. Mi verdadero nombre es Allyson, y la razón por la que te di un nombre coreano es porque es más fácil de pronunciar.

Realmente, es difícil enojarse con alguien que tiene una expresión tan inocente.

–– ¿...Estás molesto?

–– No, no. ––Me apresuré a asegurarle–– Sólo... algo sorprendido.

Nos quedamos en silencio por unos instantes hasta que ella habló.

–– Vine aquí a ver su concierto. No esperaba encontrarme contigo... ––Me explicó–– Aunque tenía la esperanza de que fuera así. Sabes, antes me gustaba ChangMin ––Sonrió–– Pero luego, me di cuenta que me gustabas tú. Es extraño, pero desde el principio siempre encontraba similitudes entre ambos que me sorprendían más y más cada vez... Una vez, también soñé que estaba en un escenario. Cantaba para muchas personas, pero eso no me importaba. Podía verte en el público claramente, escuchando atentamente toda mi canción... y eso me hizo muy feliz.

“Ese sueño... ¡Se parece al mío!” La sorpresa de mi rostro debió haberla asustado, porque al instante comenzó a balbucear nerviosa.

–– ¿JunSu? ¡L-lo siento! ¡Debo sonar como una acosadora o algo así, esa no era mi intención, de verdad! Lo único que quería era pasar algo de tiempo contigo es todo...

Bajó la mirada y pude notar que sus ojos brillaban. Soy un idiota.

Alcé su rostro con ambas manos y apoyé mis labios contra los suyos. Podía sentir la calidez de sus lágrimas deslizándose por mis manos, mientras su boca temblaba. Besé su labio inferior y luego el superior, esperando que me correspondiera, hasta que finalmente lo hizo.

Y era ahora que volvía a sentirme vivo otra vez.

Podía recordar con claridad el porqué elegí la música en vez de al fútbol. El porqué me esforzaba tanto todos los días, y sobre todo... el porqué nunca, nunca dejaré de ser parte de Dong Bang Shin Ki.
Porque amo la música, que mi corazón se acelere así como ahora, mientras canto en un gran escenario junto a las personas que amo –mis mejores amigos–, amo la sensación de mis cuerdas vocales cuando vibran junto con la música para crear una melodía que llegará a los corazones de miles de personas.

–– Allyson... canta para mí.

Ella sonrió.

–– Sólo si cantas tú conmigo.

Yo le devolví la sonrisa.

–– De acuerdo.

You’re my melody 너를연주할게i> On & On, and on & on & on
노래 삶의 사운드트랙
인생의 무댈 밝혀주는 너를 사랑해 불러줄래 나의 노래
It’s your love your love 내게 사랑을 들려주던
그댄 나의 리듬 삶의 선물
항상 곁에서 아름다운 꿈이 되어줘 불러줄래 나의 노래...


• ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ ~ • 

–– JunSu... hasta que al fin llegas. ––JaeJoong lo recibió con un golpecito en la espalda, cosa que era mucho mejor que la patada que esperaba el menor.–– Y ¿Cómo te fue?
 
–– Bien... pero estoy muerto. ––Se desplomó en el sofá de la sala, cerrando los ojos en el proceso–– ¿Los demás?
 
–– Durmiendo. Bueno, al menos ChangMin y YunHo lo están. YooChun está componiendo en el estudio. Ya sabes como es cuando “le llega la inspiración” ––El mayor rió y se dejó caer al lado de JunSu.
 
–– Hm...
 
–– Y ahora... ¿Me contarás de esa chica?
 
–– Mañana JaeJoong... estoy muerto ––Movió su mano de arriba a abajo, como quitándole importancia al asunto.
 
–– Pero mañana estaremos ocupadísimos ––Hizo un puchero–– Ya sabes que es el concier... ¿Qué pasó con tu anillo?
 
–– ¿Eh?
 
–– Ese que te regaló ya sabes quién. El de plata.
 
–– Oh, sí... ––JunSu abrió los ojos, quedándose mirando el techo por unos instantes, con una sonrisa tonta en la cara.
 
–– ¿Y bien? ––JaeJoong se cruzó de brazos impaciente. Sabía que JunSu no era de perder cosas como esa. Él tenía su regalo bien guardado, después de todo, no todos los días alguien así  te obsequiaba algo.
 
–– Se lo di a quien estaba predestinada para mi.
 
–– ¿Pero cómo...?
 
–– ¿...sé que es ella? No lo sé con certeza ––La sonrisa imborrable de su rostro se volvió de pronto más gentil–– Sólo puedo sentirlo.
 
JaeJoong suspiró.
 
–– Supongo que nuestras vidas están llenas de cosas inexplicables, ¿verdad?
 
–– Y me alegro que así sea.
 
–– ¿...La volverás a ver?
 
–– Sí. Mañana. Luego ella viajará y probablemente no nos veamos en mucho tiempo... pero ten por seguro, que lucharé para no perderla como pasó con ella.
 
El mayor del grupo sonrió.
 
–– Entonces... ¿Te no unirás a mi y a Yoochun en la demanda?
 
–– Eso tenlo por seguro.


“No voy a perderla. Sólo por una vez en la vida...
Seré egoísta como nunca lo he sido. Sólo por ella.” 

Fin.

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