Never Lose Faith

Título: Never Lose Faith
Pareja: YunhoxJaeJoong
Rating: PG
Género: Drama.
Resumen: Yunho le recuerda a JaeJoong que no debe perder la fé.

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–¿JaeJoong?

Eran más de las tres de la mañana, pero ahí estaba él. Sentado en suelo frente al sofá y con las rodillas abrazadas a su pecho.

–¡YunHo!

La poca luz de luna que entraba en la habitación me dejó ver claramente la humedad en sus mejillas, que trató de secar a toda prisa y torpemente con el dorso y la palma de sus manos.

–Joongie... –Mi corazón se acongojó y una horrible sensación recorrió mi cuerpo. Me asusté y caí de rodillas al suelo a su lado, tomando su rostro con ambas manos para hacerle mirarme y de paso secar delicadamente su piel con mis pulgares– ¿Por qué estás llorando?

A pesar de que le preguntaba, tenía una buena idea de porqué lo hacía. Tenía miedo, estaba dudando, sufría. Quizás se cuestionaba a sí mismo ahora por lo de la demanda. Pensaba que de no haberla hecho, todo seguiría como antes... aunque tuviéramos que sufrir, sobre esforzarnos hasta desmayarnos del cansancio.

Lo sabía perfectamente porque yo mismo me había hecho esa pregunta. Pero no era yo el que había tomado acción en el caso. No quería ni me gustaba pensar en ello, aun así no podía evitar hacerlo.

–No es... yo-B-bueno, es que... estoy bien. En serio.

Me partió el alma ver su expresión y escuchar su voz tratar de no quebrarse mientras me dirigía la palabra. Sonaba también un poco rasposa... ¿Desde hace cuántas horas...? No... ¿Desde hace cuánto tiempo se levanta a llorar por las noches?

–JaeJoongie... –Usé un tono amable y quizás algo paternal en mi voz, mientras rodeaba sus anchos hombros con mis brazos. Automáticamente, él me rodeó con los suyos, aferrando sus manos a mi espalda con debilidad mientras apoyaba su cabeza en mi pecho.– No tienes que explicarme nada. Si quieres llorar estás en todo tu derecho. –Enredé mis dedos en su cabello, masajeando su cabeza de vez en cuando, tratando de relajarle– Sé que no estás bien. Déjame al menos ser tu apoyo en esto... no te pido nada más.

Fue entonces que sentí su rostro presionarse más contra mi pecho. Sollozó un poco y no tardé en sentir la calidez de sus lágrimas casi contra mi piel, a través de la camiseta que llevaba. Lo abracé con más fuerza cuando lo sentí aferrarse a mí con desesperación y luego continúe acariciando su cabello.

Luché con todo lo que tenía contra las ganas de llorar.

Los lamentos que dejaban escapar sus labios, cada gemido de dolor, cada sonido de su dificultosa respiración... Era suficiente para partirme el corazón en miles de pedacitos, tan pequeños como el polvo.

Ninguno de los dos dijo nada, hasta que JaeJoong dejó de llorar al quedarse dormido.

–JaeJoong...

No lo había visto así desde lo de sus padres. Había que tener realmente sangre fría para lastimar a alguien tan brillante, tan bello como JaeJoong. Simplemente no había palabras para describirlo, él era una de las personas más hermosas que había conocido, y no físicamente hablando, aunque fuese bastante atractivo. Verlo llorar como lo había hecho me hacía querer matar a quien lo había lastimado...

Con cuidado lo alcé con mis brazos, llevándolo cargado hasta su habitación para dejarlo en su cama, con cierta dificultad. Inmediatamente lo arropé y deposité un beso en su frente, esperando que su “desahogo” le haya ayudado a quedarse un poco más tranquilo.

–YunHo...

Sonaba algo afónico, lo cual comenzaba a preocuparme.

–Dime... –Quité algo de cabello de su frente y pude ver como sus ojos brillaban a pesar de la oscuridad. Tomó una de mis manos y la sujetó con fuerza.

–No quiero... que Dong Bang Shin Ki acabe. Menos de esta forma.

–Joongie... –Le hice una señal para que me hiciera espacio en su cama. Se arrimó un poco y tuve suficiente espacio para sentarme. Entonces tomé aire y dije lo siguiente con una seguridad que ni yo mismo pensé que tendría– Dong Bang Shin Ki nunca se va a acabar. No importa lo que suceda.

“Yo lo mantendré vivo para ti.” Pensé.

Dong Bang Shin Ki es más que un grupo que cinco chicos que cantan. Oh, mucho más que eso. Es un lazo que nos une a ChangMin, YooChun, JunSu, JaeJoong y yo; y a la vez a nosotros con todas las fans el mundo. Dong Bang Shin Ki no sólo es el nombre de un grupo. Es el nombre de nuestra pasión, nuestro amor, nuestra unión y nuestra música. Se requiere más que un juicio o en todo caso, una simple disquera para acabarnos.

Y JaeJoong sabe todo esto, como todos lo tenemos grabado en el corazón con fuego. Espero, que nuestras fans también lo sepan.

–JaeJoong... ¿Sabes lo que significa “Always Keep the Faith”?

–Claro. “Mantén siempre la fe”.

–Y... ¿Sabes lo que significa “Mantén siempre la fe”?

Me observó confundido, tratando de descifrar a dónde quería llegar.

–Significa “Nunca pierdas la esperanza” –Delineé la frase que tenía tatuada en su pecho, sobre su corazón. Aun cuando esté ahí marcada como algo “imborrable”, en momentos como este hace falta que alguien se lo recuerde– No olvides eso Joongie. Jamás lo olvides. No importa lo que pase, no lo olvides. Porque lo último que se pierde es la esperanza, y eso nadie te lo va a quitar. –Me recosté a su lado y lo abracé, mientras él me observaba con una ligera sonrisa en el rostro– Dicen que la fe mueve montañas. Quizás pueda mover el Everest que bloquea el juicio de Lee So Man.

Rió un poco y me hizo más espacio, para que ambos pudiéramos acomodarnos en su cama de plaza y media. Bueno, dormir con él un día no haría daño.

–Gracias, YunHo... por recordármelo. Ahora me siento con más fuerzas que antes. –Agregó con una sonrisa– Y lamento...
– Ah. –Lo interrumpí– No te disculpes. Creo que hace tiempo pasamos esa etapa en la que nos disculpábamos por preocupar a los demás ¿o no?
–Tienes razón...

–Aunque si me quieres invitar a comer mañana como compensación, no tengo quejas. –Sonreí, escuchando un suspiro por parte de JaeJoong.

–Ok, ok, te llevaré a comer... ya duérmete, es tarde.

–¿Y de quién es la culpa que esté despierto a estas horas?
–¡YunHo!

–Ya, ya, lo siento, que sensible...

Ambos reímos y continuamos hablando hasta que el sueño nos ganó por completo. Tendríamos que levantarnos en unas horas, pero al menos ahora ambos estábamos más tranquilos. Necesitaba recordárselo, decirlo en voz alta, no sólo para él sino para mí también.

Tengamos fuerza y nunca dejemos de creer.

Por siempre Dong Bang Shin Ki.